Los Sueños Mágico de Josefa Josefa es una niña que nació con una forma diferente de la mayoría de los niños. Era una niña-enana. Los padres esperaban con ansias el primer hijo, pero la naturaleza -para ellos- los traicionó, y no aceptaron con naturalidad el regalo que se les ofrecía. Pasó un año cuando el padre se percató de la realidad, optó por abandonar tanto a la hija como a la madre, pero con una sutil excusa, buscar mejor trabajo en la ciudad, al menos fue la explicación que le dio a la esposa. Pasó otro año y fue suficiente para que la madre se diera cuenta, no tardó en urdir un plan para deshacerse de la niña y conociendo la debilidad de su prima Adela, por los niños y al no haber podido tener uno, le entregó a Josefa, que ya contaba con dos años, para darse a la tarea de buscar a su esposo y luego recoger su hija en compañía de él. Al menos fue lo que hizo creer a la bondadosa mujer. Al pasar el tiempo Adela concibe un hijo, pero al dar a luz muere. La niña queda en manos del esposo de la mujer y al cuidado del bebe. Al principio no hubo problemas, pero al crecer el bebe, a la niña-enana, se le dificultaba cargar y controlar al niño, el que se le resbalaba constantemente por el peso y el tamaño. Sufre maltratos por el malvado hombre que le exige cuidar con esmero al inquieto bebe y también demanda tareas cada vez más difíciles pero Josefa se siente incapaz de atender un niño que crece más y más y atender los deberes de la casa. Al fin decide huir de la agonía en que vive y elige ir en busca de sus padres. Se interna en el bosque buscando caminos y veredas. Se interna en la maleza en la creencia que va a encontrar a sus padres y comienza a vivir un mundo fantástico. Aparecen en sus fantasías, Los Jujus, las Torontas azules, duendes, un lagarto y Trasgos muy pequeñitos, con los que convive y los que le hacen realidad el sueño que tanto anhelaba, pero en los que no están sus verdaderos padres. Josefa encuentra alguien que la comienza a querer como una hija y olvida su miserable vida en un hogar lleno de cariño y comprensión. Para colmar su alegría, el lagarto que fue su primer amigo, logra reunirse con ella por medio de la magia de sus protectores, los trasgos pequeñitos. Lo envían por medio de un conjuro en el que el lagarto tiene que sacrificar su bella colita, pero lo hace a gusto por la hermosa amistad que los une y para al fin encontrarse con la única amiga que le dio el cariño que siempre había buscado. Así fue que Adela, la madre adoptiva, encontró una hija. Josefa, encuentra una madre y un hogar y Catún, el lagarto, tiene el cariño y la compañía de una amiga para toda la vida.