El estilo y rasgos del Polifemo están también presentes, si no intensificados, en las Soledades. Este poema de Luis de Góngora está escrito en silvas, forma más adecuada que las octavas para la complejidad sintáctica y formal de la nueva poesía gongorina.
Se estructura en cuatro cantos (soledad primera a cuarta), asociados a cuatro unidades escenográficas:
la de los cabreros y cazadores de la montaña nómadas,
la de una aldea campesina,
la de los pescadores que habitan una isla
y la de un señorío feudal, con su castillo y sus nobles practicando la cetrería.
El arranque narrativo alude a un peregrino que arriba a un poblado de pastores que le dan albergue, y a partir de ahí va transcurriendo por diferentes paisajes donde encuentra los personajes y comunidades antes descritos.
El trasfondo del poema se asienta en múltiples alusiones. Una sería el reflejo del paso del mundo renacentista de la verdad a otro representado por el caos o la confusión respecto al destino (el oscuro y complejo barroco).
Otra alude más directamente a la situación de vertiginosa pérdida de influencia mundial que experimentaba España.
Otra ejemplificaría el desengaño del mismo Góngora respecto a la Corte y al destino político español, y otra más a la situación del individuo enfrentado a un mundo en crisis donde domina la vanidad.
En este desengaño gongorino al autor se siente exiliado y busca su propio cambio individual para contrarrestar el desastre (actitud que parece relacionarse con un regreso de signo epicúreo a la sencillez y la armonía mundanas).