Dios todopoderoso decidió intervenir en muchos acontecimientos que se dieron en tiempo y forma en el siglo XVI en la cultura azteca y española, con abundantes hechos, fechas y creencias previas.
Pareciera que nuestro señor Jesucristo preparó el escenario necesario para regresar de nuevo a la Tierra en el siglo XVI, no como prometió que regresaría al final de los tiempos, sino en compañía de su madre, la Virgen María de Guadalupe en 1531.
Se dio la ocurrencia de sucesos religiosos, históricos, astronómicos, geofísicos, naturales, de usanzas y costumbres que coadyuvaron a la realización de las portentosas apariciones de la Virgen de Guadalupe, como podremos constatar en la presente obra.
Jesucristo nos encomendó la misión de aprender, comprender, practicar y comunicar a los demás su palabra y enseñanzas contenidas en los Evangelios, mientras que la Virgen Santa María de Guadalupe, de igual forma, nos pidió que seamos sus mensajeros de su prodigioso comunicado.

MOTIVOS POR LOS QUE ESCRIBÍ EL LIBRO
La presente obra se dedica con todo respeto, especialmente a los grupos de personas mencionados a continuación:
A los "católicos light", cuyo número se está incrementando en deterioro del cumplimiento de las enseñanzas y sacrificio de Cristo.
A los "católicos consagrados", para recordar o acentuar su conocimiento sobre el evento Guadalupano, para que a su vez capaciten a laicos y a otros.
A los "cristianos", de todas las naciones que creen en Jesucristo, pero con diferencias al credo católico.
A los "agnósticos" que creen que pueda o no existir un Dios, cuya comprobación está fuera de su alcance.
Para los "ateos", que no creen en ningún ser superior, que consideran que el universo existe, porque así se dio.
Por nuestra existencia y vida en el planeta Tierra, por la que deberíamos dar gracias a Dios, por las muchas bendiciones concedidas por Dios, que en el presente libro describimos y que muchos las ignoramos.
Por el amor de Jesucristo al salvarnos del pecado mediante su muerte y resurrección; a pesar de darnos la posibilidad de vida eterna y que muchos permanecen alejados de Cristo y de la Virgen de Guadalupe.
Por Jesucristo, su palabra, enseñanza, oración y sacramentos descritos en los evangelios, que muchos laicos no aprovechan.
Porque los que se dicen Guadalupanos y fieles de la Virgen María de Guadalupe, que en la práctica ignoran los mensajes y el contenido del evento histórico Guadalupano.
Por la ausencia de la sagrada imagen estampada de la Virgen de Guadalupe en muchos templos a nivel nacional, pese a que el protagonista principal es Dios Jesucristo.
Es preocupante que muchos individuos que se decían "creyentes" han echado de sus corazones, hogares y de sus vidas a Jesucristo, a la Virgen María y a la religión católica en general, muchas veces por falta de información y por seguir tendencias de los medios.
El "secularismo y el relativismo" son una tendencia que demerita y nulifica el esfuerzo trascendental de Dios hacia la raza humana. El continente europeo es un ejemplo creciente de esto, pues pone en entredicho la palabra y la enseñanza de Jesucristo.
El secularismo pretende que los hombres vivan como si Dios no existiera, que pensemos y sintamos que no lo necesitamos en nuestras vidas para ser felices.
Se fundamenta en el relativismo, el cual consiste en que no existe nada que sea "bueno o malo por sí mismo, sino que la bondad o malicia de las cosas es totalmente subjetiva", lo que termina eliminando la capacidad objetiva de la persona para juzgar sus actos. Complica las relaciones sociales del ser humano y lo encamina a su desaparición.
Citaba el gran san Agustín que, si desconocemos los evangelios, nunca podremos "amar lo que ignoramos".